Salud, Educación y Justicia
La salud humana es inseparable del medio ambiente. Durante años, esta conexión parecía ser una preocupación futura abstracta; sin embargo, en la actualidad, se hace evidente cómo influye en nuestro bienestar diario.
Desde las olas de calor extremas que aumentan los síntomas de múltiples enfermedades, hasta un aumento constante del coste de la cesta de la compra por el impacto climático sobre nuestro sistema alimentario; pasando también por un mayor riesgo de pandemias y zoonosis. Nadie es inmune al efecto del cambio climático sobre la salud.
Sin embargo, el riesgo no es el mismo para todo el mundo. El lugar de residencia, la edad, el nivel socioeconómico, y muchas otras variables, llevan a que haya unos sectores de la población mucho más vulnerables que otros.
La buena noticia es que la transición ecológica, desde la perspectiva de la regeneración, nos puede aportar bienestar, salud y justicia social. La educación desempeña un papel fundamental en esta transición. En primer lugar, es crucial para sensibilizar a la población sobre cómo el cambio global impacta nuestras vidas. Pero aún más importante, es fundamental para capacitarnos tanto a nivel individual como colectivo. Esto nos permite aprovechar las múltiples oportunidades que surgen: oportunidades laborales, de ahorro, de bienestar, de innovación y de equidad, que se presentan al adaptarnos a los desafíos climáticos.
Soluciones
Cada acción contra la emergencia climática se materializa buscando la opción que mejore la vida de la ciudadanía en su conjunto.
En cada rincón crecen alimentos. En los huertos urbanos no sólo se cultivan verduras, también las relaciones sociales y la biodiversidad.